Por Juan Pablo Ojeda
Los planes de deportaciones masivas anunciados por el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, tienen el potencial de desencadenar una crisis económica de proporciones graves, especialmente en sectores clave como la construcción, que depende en gran medida de la mano de obra inmigrante. Un estudio reciente de la American Immigration Coalition (AIC) y expertos consultados por EFE advierten que la expulsión de más de 11 millones de inmigrantes indocumentados podría provocar una caída del Producto Interno Bruto (PIB) de EE.UU. entre un 4.2% y un 6.8%. Esto se traduciría en pérdidas anuales de entre 1.1 y 1.7 billones de dólares, un golpe económico que podría superar los efectos de la Gran Recesión de 2007-2009, cuando el PIB se redujo en un 4.3%.
El Impacto Económico de las Deportaciones Masivas
Durante su campaña presidencial, Donald Trump hizo de la lucha contra la inmigración ilegal un tema central, proponiendo deportar a millones de indocumentados a quienes calificó de «criminales». Ahora, con su victoria electoral consolidada, sus planes de deportaciones están tomando forma, y los expertos advierten que, de implementarse, estas medidas no solo tendrían un costo humano devastador, sino también un impacto económico de gran alcance.
Según el estudio de la American Immigration Coalition, las deportaciones masivas podrían causar efectos catastróficos en el crecimiento económico de EE.UU. La pérdida de millones de trabajadores indocumentados, particularmente en sectores fundamentales como la construcción, podría generar una recesión inmediata y profunda. «La expulsión de estos trabajadores reduciría drásticamente la fuerza laboral disponible, lo que tendría un impacto directo en el crecimiento económico y la productividad», destaca el informe.
La Construcción: Un Sector Clave en Peligro
La construcción es uno de los sectores más vulnerables ante la posible expulsión de inmigrantes indocumentados. De acuerdo con un informe de Workers Defense Project, en estados como Texas, más del 50% de los trabajadores de la construcción no tienen estatus migratorio legal, lo que representa una proporción significativa de la fuerza laboral en esta industria. En todo EE.UU., aproximadamente el 14% de los trabajadores en la construcción son indocumentados, lo que equivale a más de un millón de personas.
El impacto en la industria sería inmediato. En Texas, por ejemplo, que representa el 1 de cada 20 dólares generados por la construcción en EE.UU., la dependencia de los trabajadores indocumentados es crucial para mantener el ritmo de crecimiento económico que ha caracterizado al estado en las últimas décadas. Juan Carlos Cerda, director para Texas de la American Business Immigration Coalition, advierte que la expulsión de estos trabajadores podría «desacelerar proyectos de construcción» y aumentar los costos, lo que afectaría la competitividad tanto del estado como del país en su conjunto.
Consecuencias Sociales: Un Golpe a las Comunidades
Las deportaciones no solo tendrían consecuencias económicas, sino también sociales. En estados como Texas, donde residen millones de personas en hogares con «estatus mixto» (es decir, familias en las que al menos un miembro no tiene ciudadanía estadounidense), las deportaciones desgarrarían comunidades enteras. En este contexto, los inmigrantes indocumentados no solo son trabajadores, sino también consumidores y contribuyentes en otras áreas de la economía local.
Christine Bolaños, directora de comunicaciones de Workers Defense Project Texas, subraya que las deportaciones «no solo perjudicarían a la industria de la construcción en auge, sino que también representarían una gran pérdida para el tejido social de nuestro estado». La deportación de trabajadores indocumentados pondría en riesgo la estabilidad de estas comunidades, afectando a familias que, en muchos casos, ya son parte integral del sistema social y económico de EE.UU.
La Amenaza de una Recesión
La posible implementación de las deportaciones masivas podría tener un impacto mucho mayor que el que muchos prevén. Economistas y analistas internacionales ya alertan sobre las posibles repercusiones económicas, advirtiendo que la falta de mano de obra en sectores clave como la construcción, la agricultura y los servicios podría desencadenar una crisis económica sin precedentes.
La incertidumbre financiera sería otro de los efectos colaterales de las deportaciones. Con la reducción de la fuerza laboral, los precios de los bienes y servicios aumentarán, lo que afectará el poder adquisitivo de los consumidores y pondrá en peligro la competitividad de Estados Unidos en la economía global.
Si las deportaciones masivas de indocumentados se llevan a cabo tal como lo ha propuesto Trump, las consecuencias a corto y largo plazo para la economía de EE.UU. podrían ser devastadoras. No solo se trataría de una pérdida de millones de trabajos, sino de una recesión que podría afectar a toda la estructura económica del país, repercutiendo en las finanzas de millones de familias estadounidenses.