Por Bruno Cortés
Con el eco de las palabras de Donald Trump aún resonando, Claudia Sheinbaum, presidenta de México, y Marcelo Ebrard, secretario de Economía, se reunieron para trazar una estrategia frente a las nuevas amenazas arancelarias del expresidente estadounidense, ahora firme candidato republicano. Esta reunión de emergencia no solo reunió a dos de las figuras más importantes del gobierno mexicano, sino que también puso en evidencia la habilidad y calma con la que México enfrenta estas turbulencias.
Todo comenzó con una llamada directa entre Sheinbaum y Trump. Las tensiones entre ambos no son cosa nueva, pero esta vez el tono fue especialmente crudo: Trump ha propuesto un arancel del 25%, que podría llegar hasta un explosivo 100%, sobre los productos mexicanos si no se logra frenar la migración ilegal hacia Estados Unidos. Con el comercio bilateral en juego, el gobierno de Sheinbaum convocó a Ebrard, reconocido por su destreza diplomática, para buscar una respuesta “con sangre fría e inteligencia,” como él mismo señaló al salir de la reunión.
En medio de la tensión, Ebrard y Sheinbaum demostraron una postura firme y estratégica. La relación entre ambos líderes se mostró más sólida que nunca; cada paso parecía calculado para hacerle frente al torbellino que Trump ha puesto en marcha. “México es el principal socio comercial de Estados Unidos. La economía de ambos países está tan entrelazada que medidas extremas tendrían consecuencias que ni ellos pueden ignorar,” apuntó Ebrard en un tono tranquilo pero resuelto. Su declaración refleja la confianza de un país que no solo se adapta a las circunstancias, sino que actúa como un socio comercial con peso y voz.
Además, el mensaje del gobierno mexicano es claro: enfrentar las amenazas sin caer en provocaciones. La presidenta Sheinbaum, quien ha sabido mantener un perfil diplomático en esta situación, insistió en la importancia de proteger el bienestar económico y social de ambos lados de la frontera. “No se trata solo de responder a presiones; es una oportunidad para reafirmar nuestra visión de un México que avanza a paso firme, en equilibrio con sus vecinos,” comentó en un breve comunicado.
La economía mexicana depende en gran parte de sus exportaciones a Estados Unidos, alcanzando los 455 mil millones de dólares en 2022. Productos como automóviles, alimentos y maquinaria industrial podrían verse impactados si los aranceles se materializan, y es este contexto el que ha motivado la reunión extraordinaria. Sin embargo, el gobierno mexicano apuesta a que el diálogo y la estrategia ganarán la batalla frente a la diplomacia de choque de Trump.
El desenlace de este encuentro marca un momento crucial en la política exterior mexicana. Con una mirada hacia el futuro y la convicción de que México tiene mucho que aportar a la mesa de negociaciones, Sheinbaum y Ebrard han demostrado una postura serena y calculada, sin ceder a las presiones. A pesar de la incertidumbre, el mensaje es de esperanza y de resiliencia para el país: México está listo para enfrentar cualquier tormenta, y está claro que su fortaleza radica en el temple de sus líderes.