Por Juan Pablo Ojeda
A mes y medio de haber concluido su sexenio, el expresidente Andrés Manuel López Obrador sigue siendo objeto de críticas por su polémica estrategia de seguridad de “abrazos, no balazos”, implementada entre 2018 y 2024. La más reciente proviene de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), que cuestionó la falta de diálogo con el gobierno de López Obrador y advirtió que la historia será la encargada de juzgar los resultados de esta política.
Durante la 117ª Asamblea Plenaria de Obispos, celebrada el 14 de noviembre en la Casa Lago de Guadalupe, el nuevo presidente del Episcopado, Ramón Castro Castro, expresó su preocupación por los efectos de la estrategia de seguridad impulsada por el gobierno federal, subrayando que el enfoque de «abrazos, no balazos» no logró los resultados esperados.
“Alguna vez comentamos que le suplicamos pudiera realizar la estrategia de seguridad, porque lo dijimos: los abrazos y no balazos no daban resultado. La historia va a juzgar. Será la historia la que, con el tiempo, dé el balance más positivo”, señaló el obispo, dejando claro que los efectos de esta estrategia deben ser evaluados a largo plazo.
Además, a través de un comunicado, el CEM expresó su preocupación por el aumento de la violencia, el crimen organizado y la impunidad que, según sus declaraciones, han afectado a las comunidades más vulnerables del país. El Episcopado también lamentó la creciente «cultura de la muerte» y la crisis que atraviesan diversas instituciones del país, señalando específicamente los altos índices de asesinatos y desapariciones, entre ellos el reciente crimen contra el sacerdote Marcelo Pérez, que generó consternación en la sociedad mexicana.
La crítica del Episcopado se da en el marco de una serie de tensiones entre la iglesia y el gobierno, que se intensificaron durante el sexenio de López Obrador. Cabe destacar que el pasado 13 de noviembre, representantes del Episcopado se reunieron con la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, antes de que Castro Castro fuera nombrado presidente del órgano para el periodo 2024-2027.
Críticas desde Estados Unidos
No solo la iglesia mexicana ha manifestado su preocupación por la seguridad en el país, sino también actores internacionales. El embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, hizo fuertes críticas a López Obrador y su estrategia de seguridad en una declaración pública el mismo día 13 de noviembre. Según Salazar, el exmandatario mexicano cerró la puerta a una propuesta de inversión por más de 32 millones de dólares proveniente de Estados Unidos, destinada a reforzar la seguridad en el país.
El diplomático estadounidense también cuestionó la estrategia de “abrazos, no balazos”, señalando que aunque la prevención es fundamental, el no cumplir con la ley y la falta de una respuesta contundente ante la violencia ha dejado al país atrapado en una espiral de inseguridad. Salazar hizo énfasis en que “las muertes que se ven donde quiera” demuestran que la situación en México es grave y que la negativa de AMLO a aceptar apoyo internacional ha empeorado las cosas.
“La estrategia de abrazos no balazos no funcionó. La parte del concepto que tiene validez es de la prevención, pero esos son programas que deben de seguir. El otro lado es cumplir con la ley, y ahí es donde cuando se dice nada más ‘pues no hay problema’, tenemos estas cifras que le dicen al pueblo que no hay problema. La realidad es que el pueblo de México no vive en seguridad y eso se tiene que ver muy claramente”, aseguró Salazar en sus declaraciones.
Un legado cuestionado
La estrategia de “abrazos, no balazos” ha sido uno de los pilares de la administración de López Obrador en materia de seguridad. A pesar de sus esfuerzos por reducir la violencia mediante programas sociales y de prevención, la falta de resultados tangibles y la continua escalada de homicidios y crímenes violentos han generado un fuerte debate sobre la efectividad de este enfoque. El cuestionamiento tanto a nivel nacional, por parte de instituciones como la CEM, como internacional, desde el gobierno de Estados Unidos, pone en evidencia los retos que deja el exmandatario mexicano en su lucha por garantizar la paz y la seguridad en el país.