En su primer acto público en Puebla como presidenta de México, Claudia Sheinbaum fue recibida con entusiasmo por las mujeres de la sierra, mientras el gobernador Alejandro Armenta reafirmó su apoyo a la agenda de empoderamiento femenino de la nueva administración.
En un día soleado, las mujeres de la Sierra Norte de Puebla se reunieron en Huauchinango para celebrar la presencia de Claudia Sheinbaum, la primera mujer en alcanzar la presidencia de México. El aire estaba cargado de emoción y esperanza, con el público vitoreando «¡Que viva Claudia Sheinbaum!» entre las montañas.
La presidenta, desde un escenario adornado con flores y banderas, expresó su agradecimiento y compromiso. «Gracias, presidenta Claudia Sheinbaum, gracias por hacer que las mujeres, ustedes, logren su empoderamiento, ese sentimiento de solidaridad de mujer a mujer,» dijo emocionado el gobernador Alejandro Armenta, mostrando no solo el respaldo de su administración sino también el inicio de una nueva etapa de colaboración entre el gobierno estatal y federal.
Armenta, quien lleva solo 22 días al frente del gobierno de Puebla, destacó la alineación de su administración con las políticas de Sheinbaum. «En Puebla, amigas y amigos, seguimos plenamente la ruta trazada en todas las áreas de la administración de nuestra presidenta: en materia de seguridad, en materia de educación, en materia de salud,» declaró, haciendo hincapié en que el apoyo a la presidenta es absoluto, reflejando la continuidad y la consolidación de las políticas de bienestar a nivel local.
La presidenta, por su parte, se mostró agradecida por el apoyo y reiteró su compromiso de atender a los más desfavorecidos, especialmente a las mujeres. «Acompañamos a nuestra presidenta, y en todos los programas de bienestar vamos a estar apoyando a nuestra presidenta, porque ella piensa en las que menos tienen y más lo necesitan, como son ustedes,» añadió Armenta, mientras el público asentía con entusiasmo, sintiendo que las promesas de campaña se estaban haciendo realidad.
El evento no fue solo una celebración política; fue también una manifestación de esperanza y unidad. Mujeres de todas las edades, muchas de las cuales habían viajado desde comunidades remotas, escuchaban atentas, compartiendo la visión de un futuro donde las políticas públicas están diseñadas para empoderar y apoyar a la mujer mexicana.
La jornada concluyó con un desfile por las calles de Huauchinango, donde Sheinbaum y Armenta caminaron juntos, simbolizando la unión de esfuerzos entre la federación y el estado para construir un México más equitativo. Las risas y los cantos llenaron las calles, convirtiendo el acto en una muestra vívida de lo que podría ser un cambio cultural hacia la igualdad de género.
Este evento en Puebla no solo marcó un momento de celebración sino que también puso sobre la mesa la agenda de género de la nueva administración, dejando claro que el empoderamiento de las mujeres es una prioridad tangible y en proceso.