En un golpe significativo contra el crimen organizado, las autoridades españolas detuvieron a 14 personas presuntamente vinculadas con el Cártel de Sinaloa. La operación, realizada por la Policía Nacional de España y los Mossos d’Esquadra, puso fin a las actividades de una célula criminal que operaba en Cataluña y que está acusada de secuestro, asesinato y tráfico de drogas.
La pesquisa inició en junio de este año tras denuncias interpuestas en Kosovo e Italia por la desaparición de un hombre en Barcelona. Posteriormente, el 5 de agosto, su cuerpo fue hallado en un avanzado estado de descomposición en un bosque en Botarell, Tarragona. Según las autoridades, los secuestradores exigieron inicialmente un rescate de 240,000 euros y lograron obtener 32,000 dólares en criptomonedas, pero continuaron extorsionando a la familia incluso después de asesinar a la víctima.
La célula criminal, conformada mayoritariamente por mexicanos, estaba involucrada en el tráfico de metanfetaminas. La droga llegaba impregnada en piezas de ropa enviadas desde México, que luego eran procesadas en un laboratorio en Barcelona. Durante los cateos, se encontraron sustancias listas para distribución, éxtasis, marihuana y un laboratorio clandestino.
Las detenciones tuvieron lugar en Barcelona y sus alrededores, destacando la captura del presunto líder y autor intelectual del secuestro. Entre los detenidos, de entre 30 y 70 años, se aseguraron armas de fuego, equipos tecnológicos y dinero en efectivo. La operación marca un importante avance en el combate al narcotráfico internacional y pone en evidencia la expansión del Cártel de Sinaloa en Europa.
La víctima, de 46 años, supuestamente trabajaba para la organización y había viajado desde Italia para reunirse con los líderes de la red. El caso subraya los alcances del crimen organizado mexicano y los desafíos que enfrentan las autoridades en la lucha contra estas estructuras transnacionales.