A pesar de los numerosos beneficios para la salud de la piña, esta fruta dulce y ácida tiene un irritante efecto secundario, asegura una dietista estadounidense.
Una sola taza de piña fresca contiene más del 100% del valor diario de vitamina C y 180 miligramos de potasio. La piña también está cargada de una enzima llamada bromelina que, según la dietista Erin Palinski-Wade, autora de Belly Fat Diet For Dummies, actúa como un potente antiinflamatorio.
La bromelina puede ayudar a la curación de quemaduras, contusiones y tensión muscular. Además, puede ser capaz de reducir la inflamación en las personas con artritis, la enfermedad de las encías y la sinusitis.
Sin embargo, el exceso de bromelina puede causar molestias en la boca, la garganta y el estómago.
«Comer demasiada piña, y por tanto demasiada bromelina, puede provocar efectos secundarios negativos como irritación de la lengua y sensación de ardor», advierte Palinski-Wade.
Asimismo, las personas especialmente sensibles a la bromelina pueden experimentar náuseas, vómitos y diarrea al comer demasiada piña, detalló la especialista.
Para evitar los incómodos efectos secundarios de la bromelina se puede comer esta nutritiva fruta con algunas modificaciones.
«Prueba asar o cocinar la piña, ya que esto ayuda a descomponer la bromelina y reduce estos efectos secundarios», aconseja Palinski-Wade.
«Si prefiere la piña fresca, recuerde que los niveles más altos de bromelina se encuentran en el tallo y el núcleo, así que evite comer piña cruda de estas partes para disminuir las posibles molestias», recomienda.
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14 de septiembre de 2024