En una decisión que ha generado controversia, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) ha confirmado la eliminación de dos candados electorales en la próxima elección judicial. Por primera vez, los ciudadanos en casillas no realizarán el escrutinio y cómputo de votos, y las boletas sobrantes no serán invalidadas. Esta medida ha sido criticada por algunos magistrados, quienes advierten que podría aumentar la desconfianza ciudadana sobre el uso irregular de boletas no utilizadas y el cómputo de resultados fuera de casillas.

La magistrada presidenta Mónica Soto Fregoso defendió la decisión, argumentando que no se debe anticipar anomalías ni hablar de irregularidades sin fundamento. Sin embargo, los magistrados Janine Otálora y Reyes Rodríguez expresaron su preocupación, señalando que estos cambios podrían afectar la certeza y legitimidad del proceso electoral.

El acuerdo del Instituto Nacional Electoral (INE) establece que en la elección judicial habrá «casillas seccionales» con una sola mega urna, donde se depositarán votos de elecciones judiciales federales, locales y, en algunos casos, municipales. Los funcionarios de casilla solo dividirán las boletas por colores y armarán los paquetes electorales, sin realizar el escrutinio y cómputo, que se llevará a cabo en los Consejos Distritales.

La magistrada Otálora destacó la importancia de la supervisión ciudadana en el escrutinio y cómputo de votos, calificándola como un pilar de la democracia moderna. Por su parte, el magistrado Reyes Rodríguez recordó que la inutilización de boletas sobrantes es un mecanismo de control esencial para garantizar la certeza electoral.

A pesar de las críticas, el magistrado Felipe De la Mata defendió el nuevo modelo, calificándolo como un «abandono temporal» del paradigma de ciudadanización de la casilla debido a las circunstancias especiales de la elección judicial. De la Mata también señaló que el conteo de votos en los Consejos Distritales podría durar hasta 12 días.