Por Juan Pablo Ojeda
La frontera norte de México vive momentos de incertidumbre tras el anuncio del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de utilizar al Ejército para llevar a cabo deportaciones masivas de migrantes indocumentados. Los temores crecen entre la población migrante, que ya enfrenta riesgos y precariedad en su situación, mientras las autoridades mexicanas aseguran tener un “plan” para enfrentar las consecuencias de la medida.
En Ciudad Juárez, epicentro de la crisis migratoria entre México y El Paso, Texas, la tensión es palpable. Migrantes y expertos coinciden en que la situación podría empeorar si Trump lleva a cabo sus amenazas. “Sería un extremo usar a sus militares para solamente deportar a los migrantes”, comentó Yonder Xavier Rangel, un migrante venezolano varado en la ciudad mexicana. “Él lo ha dicho muchas veces, que los inmigrantes somos criminales, pero también hay muchos que quieren superarse y contribuir positivamente en ese país”, añadió Rangel, mostrando escepticismo ante las acciones de Trump.
El “plan” de México ante las amenazas
Frente a la presión por las posibles deportaciones, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, aseguró que el Gobierno mexicano está preparado para recibir a los ciudadanos mexicanos que pudieran ser deportados de Estados Unidos. “En caso de que haya deportaciones, vamos a recibir a nuestros connacionales, y tenemos un plan para ello”, declaró Sheinbaum en una conferencia de prensa reciente. La mandataria también señaló que el objetivo de México es demostrar que los migrantes mexicanos no deben ser deportados, resaltando sus aportaciones a la economía de Estados Unidos.
Aunque México muestra disposición para manejar la situación, especialistas advierten que las medidas de deportación masiva tendrían un gran impacto no solo en la población migrante, sino también en la economía de ambos países. Emilio López, investigador de la Universidad Autónoma de Chihuahua, expresó a EFE que el uso de la Guardia Nacional en las deportaciones podría desestabilizar aún más las relaciones fronterizas. “La medida tendría consecuencias serias, no solo en México, sino también en Estados Unidos, especialmente en términos del gasto público y la distribución de fuerzas de seguridad”, afirmó López.
Impacto para los migrantes
La preocupación en la población migrante es creciente. Se estima que más de 11 millones de indocumentados viven en Estados Unidos, con una gran proporción de ellos provenientes de México y Centroamérica. Migrantes como José Eduardo, un hondureño varado en Ciudad Juárez, expresan su temor ante las amenazas de deportación. “Nos atemoriza mucho, porque tenemos sueños y aspiraciones que no podemos cumplir en nuestros países debido a la falta de oportunidades y la violencia”, explicó Eduardo.
Sin embargo, los migrantes también señalan que la opción de quedarse en México no les resulta viable debido a la violencia e inseguridad que afecta a muchas regiones del país. “Aquí en México nos pasa lo mismo que vivimos en nuestros países, hay secuestros, mucha maldad”, lamenta otro migrante centroamericano. La falta de opciones dentro de México agrava la incertidumbre de quienes buscan una mejor vida en Estados Unidos.
La economía estadounidense y el impacto de las deportaciones
Por otro lado, Emilio López también destacó que el plan de Trump podría tener efectos económicos devastadores para Estados Unidos. “Muchos de los trabajos en áreas clave, como servicios y administración, están ocupados por mexicanos o hijos de mexicanos. Desmantelar esta base de trabajadores podría afectar gravemente la economía estadounidense”, aseguró el académico. Según el Gobierno mexicano, los migrantes mexicanos en Estados Unidos aportan anualmente más de 338 mil millones de dólares a la economía de ese país.
El futuro incierto
A pesar de las promesas de México de preparar un plan para recibir a los deportados, la incertidumbre persiste en ambos lados de la frontera. Los migrantes continúan en la espera de respuestas, mientras que las autoridades mexicanas trabajan en demostrar ante el equipo de transición de Trump que los migrantes contribuyen significativamente a la economía estadounidense. En tanto, las amenazas de deportaciones masivas generan miedo y desconfianza, tanto en los migrantes como en los habitantes de las regiones fronterizas.
El futuro de la política migratoria de Estados Unidos bajo la administración de Trump sigue siendo incierto, y los próximos meses serán cruciales para determinar el impacto real de sus propuestas en los migrantes y en las relaciones bilaterales entre ambos países.