López Obrador descarta que los reclamos de EEUU y Canadá por su política energética tengan algún alcance
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha descartado este jueves que las consultas reclamadas por Estados Unidos y Canadá por una supuesta violación del capítulo energético del tratado comercial entre los tres países (TMEC) vaya a tener algún alcance.
«No va a pasar nada», ha zanjado. «No hay ninguna violación del tratado», ha subrayado López Obrador, quien ha asegurado que esta «inconformidad» sobre la política energética del Gobierno mexicano está «promovida» por empresarios.
“Podemos tener relaciones comerciales, pero nuestras políticas las definimos en México y tienen que ver con nuestra Constitución y con las leyes, por ejemplo en el tema energético nosotros no vamos a poner en negociación el dominio de la nación, del pueblo de México, sobre el petróleo”, agregó.
El mandatario aseguró que México tiene “muchísimos elementos para responder” a las controversias, y advirtió que “si se trata de una sanción de tipo político, pues también nos vamos a defender”.
Sin ofrecer mayores detalles, López Obrador dijo que tenía indicios de que las controversias anunciadas por Estados Unidos y Canadá “tienen que ver con los intereses creados que se dedicaban a saquear a México”, a los que aseguró que les dio un alto al gobierno en el 2018.
López Obrador recordó que durante la visita que realizó la semana pasada a Washington para reunirse con el presidente Joe Biden no se abordaron las diferencias en materia energética de las empresas estadounidenses, e insistió en que los reclamos que se dieron a conocer la víspera responden según él a un “asunto político”.
Estados Unidos y Canadá activaron el miércoles un mecanismo de solución de controversias establecido en el tratado de libre comercio que podría derivar en la aplicación de sanciones comerciales contra México.
Washington sostiene que las políticas energéticas impulsadas por la administración de López Obrador favorecen injustamente a las compañías mexicanas estatales de electricidad y petróleo frente a competidores estadounidenses y proveedores de energía limpia.
Así lo manifestó la representante comercial de Estados Unidos, Katherine Tai, quien indicó el miércoles en un comunicado que “hemos expresado repetidamente serias preocupaciones sobre una serie de cambios en las políticas energéticas de México y si son consecuentes con los compromisos de México”, y recordó que “las empresas de Estados Unidos siguen enfrentando un trato injusto en México”.
Entre los temas específicos en disputa está una reforma del año pasado a la ley mexicana sobre el sector eléctrico que, según Estados Unidos, privilegia injustamente la producción de electricidad de la compañía estatal, la Comisión Federal de Electricidad (CFE), sobre la generada por empresas privadas y sobre fuentes más limpias como la eólica y la solar.
López Obrador defendió el jueves nuevamente sus políticas energéticas y dijo que si no hubiese actuado en esa materia se habrían dado aumentos en los precios de la luz y los combustibles y se habría avanzado en la desaparición de la CFE.
Estados Unidos también se quejó de una regulación de 2019 que otorga sólo a Petróleos Mexicanos (Pemex) tiempo adicional para cumplir con los estándares ambientales más estrictos que limitan el azufre permitido en el combustible diésel para automóviles.
Asimismo, Washington acusa a México de retrasar, rechazar o no actuar sobre las solicitudes de permisos de empresas privadas para operar en el sector energético mexicano y de revocar o suspender los permisos existentes.
“Las políticas de México han dejado fuera en gran medida las inversiones estadounidenses y de otros países de la infraestructura de energía limpia del país, incluidos pasos significativos para revertir las reformas que México realizó anteriormente para cumplir con sus objetivos climáticos en virtud del Acuerdo de París”, dijo la oficina de Tai en un comunicado.
Ante la controversia iniciada por Estados Unidos y Canadá, la Secretaría de Economía de México indicó el miércoles en un comunicado que se buscará mantener “un proceso coordinado con ambos socios comerciales del T-MEC a efecto de discutir el alcance de dichas solicitudes”, y mostró su disposición a alcanzar una solución mutuamente satisfactoria durante la etapa de consultas.
Si los países no llegan a un acuerdo después de 75 días de consultas, Estados Unidos y Canadá pueden solicitar la intervención de un panel de resolución de controversias tal y como estipula el T-MEC.
La Secretaría de Economía precisó que esta es la cuarta vez que se utiliza este mecanismo de solución de controversias desde que el T-MEC entró en vigor hace dos años.
Primero fue activado por Estados Unidos contra Canadá por la distribución de cupos en el sector lácteo, y posteriormente por Canadá contra Estados Unidos por una medida de salvaguarda en materia de células fotovoltaicas.
La tercera vez lo pusieron en marcha México y Canadá contra Washington por la interpretación y aplicación de las reglas que determinan dónde deben originarse las piezas de automóviles para que puedan ser consideradas libres de impuestos.