En un giro polémico hacia el conservadurismo, Rusia ha aprobado una nueva ley que prohíbe la promoción de la ideología «child-free», una corriente que aboga por no tener hijos. Esta ley es una respuesta a la alarmante baja natalidad que enfrenta el país y busca, según las autoridades, incentivar a la población a tener más hijos y asegurar el futuro demográfico de la nación.
Rusia, al igual que otros países con economías avanzadas o en declive, enfrenta una baja tasa de natalidad. En la primera mitad de 2024, se registraron solo 599,600 nacimientos, una cifra que representa una caída alarmante en comparación con los 16,000 nacimientos menos respecto al año anterior. A esto se le añade un aumento en las muertes, que rozan las 49,000 personas, mientras que la inmigración ha aumentado un 20%, como reportó Reuters. Este escenario ha sido calificado como «catastrófico» por el presidente Vladimir Putin, quien ha declarado que la natalidad es esencial para el futuro de Rusia.
La ley, aprobada por unanimidad, prohíbe cualquier tipo de contenido que presente como positiva la decisión de no tener hijos. Este contenido puede ser distribuido a través de medios de comunicación, internet, cine o publicidad. Las sanciones por infringir esta ley incluyen multas de hasta 4,000 dólares para individuos y hasta 50,000 dólares para empresas. La medida pretende contrarrestar lo que el gobierno percibe como una amenaza a la estabilidad demográfica, impulsada por una cultura de rechazo a la procreación.
El contexto económico detrás de la baja natalidad
Aunque la nueva ley tiene como objetivo aumentar la tasa de natalidad, muchos expertos sostienen que la verdadera raíz del problema no se resolverá con censura. En palabras de Alina Rzhanova, una joven rusa citada por The New York Times, «la gente quiere hijos, pero no hay dinero». La inseguridad económica es un factor clave que hace que muchas personas, especialmente mujeres jóvenes, duden en formar familias, dada la falta de recursos para proveerles una vida digna. La falta de políticas económicas y sociales efectivas para apoyar a las familias y mejorar las condiciones de vida, especialmente de las mujeres, parece ser el verdadero obstáculo.
El impacto de la nueva ley
El enfoque del Kremlin en combatir la ideología «child-free» refleja un intento por revivir las políticas pronatalistas de décadas pasadas. Sin embargo, algunos defensores del proyecto como Vyacheslav Volodin, presidente de la Duma Estatal, argumentan que «sin niños, no habrá país», reforzando la creencia de que la baja natalidad podría amenazar la supervivencia misma del Estado ruso.
La implementación de la ley ya ha generado controversia. A finales de enero de 2025, se reportó la primera multa bajo esta normativa: una mujer de 29 años fue sancionada con 500 dólares por promover un estilo de vida sin hijos en redes sociales, citando un meme del cineasta Quentin Tarantino que decía: «Hacer películas, no bebés: ese es mi lema». Esta detención en Crimea, territorio ocupado por Rusia, se enmarca en el esfuerzo por suprimir lo que se considera «contenido misantrópico» que incita a rechazar la maternidad.
¿Una medida efectiva o una distracción?
Si bien encuestas realizadas en 2022 indican que la mayoría de los rusos todavía desean tener hijos, la baja natalidad sigue siendo un desafío complicado de resolver. La nueva ley contra la «propaganda child-free» parece centrarse en la censura de un estilo de vida alternativo, sin abordar los factores sociales y económicos profundos que realmente afectan la decisión de muchas personas de no tener hijos. El verdadero impulso demográfico podría depender de medidas que mejoren las condiciones de vida de las mujeres, proporcionen seguridad económica y ofrezcan un mejor futuro para las familias.
La cuestión sobre si esta medida tendrá el efecto deseado o si simplemente profundizará las divisiones sociales en Rusia sigue abierta. Sin duda, el debate sobre la natalidad y las políticas del Kremlin continuará siendo un tema polémico.