Desde Acción Nacional reprobamos la postura del Gobierno mexicano de no asistir a la novena edición de la Cumbre de las Américas, realizada del 6 al 10 de junio, ya que este tipo de encuentros permiten la interlocución directa entre los mandatarios, son clave para consolidar las relaciones bilaterales y llegar a soluciones conjuntas a los retos comunes.
Desde el inicio de la convocatoria, el presidente López Obrador amenazó que, si se excluía a Cuba, Nicaragua y Venezuela de la Cumbre, él no asistiría, mostrando así su total afinidad y respaldo a las dictaduras de América.
La desafortunada decisión unipersonal de López Obrador de no asistir afecta las relaciones diplomáticas y comerciales con Estados Unidos, nuestro principal socio comercial, el primer país generador de inversión extranjera en México, y donde habitan más de 36 millones de mexicanos, con quienes compartimos más de 3,000 kilómetros de frontera.
Son incomprensibles las razones de López Obrador de alejar a México de la gobernabilidad democrática, del respeto a los derechos humanos, del crecimiento y desarrollo económico, para acercarlo cada vez más a las prácticas dictatoriales, a la represión, a las violaciones a los derechos humanos, al aislacionismo y a la pobreza.
Cuba, Nicaragua y Venezuela son países autoritarios que no respetan la Carta Democrática de las Américas, no creen en las libertades, no velan por el avance económico y social en sus países, ni comparten principios institucionales, ni de convivencia con los demás países de la región. El no invitarlos no es exclusión, simplemente se llama congruencia.
Desde Acción Nacional seguiremos insistiendo para que las autoridades mexicanas replanteen su estrategia de política exterior y apoyen el respeto a la democracia, la cooperación entre los países, la defensa de las libertades, los derechos humanos y el bienestar de los pueblos.
Por ello, rechazamos y condenamos enérgicamente la decisión del presidente Andrés Manuel López Obrador de alinearse con las dictaduras de Cuba, Nicaragua y Venezuela y no asistir a la Cumbre de las Américas. No es un acto de solidaridad, es un acto de complicidad.