Por Bruno Cortés
En los últimos días, se ha hablado mucho sobre la desaparición del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai) y su traspaso de funciones a la nueva Secretaría de Anticorrupción y Buen Gobierno. Pero, ¿qué significa esto en términos simples y qué cambios podrían ocurrir? Vamos a explicarlo de una manera clara, sin tecnicismos y con el objetivo de que todos podamos entenderlo.
Ricardo Mejía Berdeja, diputado del Partido del Trabajo (PT) y presidente de la Comisión de Transparencia y Anticorrupción, compartió detalles importantes sobre cómo se está llevando a cabo este proceso. Según Mejía, hace poco se reunió con los miembros del Inai para platicar sobre la transición. Este encuentro se dio a petición del mismo instituto y fue clave para entender cómo se va a manejar todo este cambio que tiene al Inai en el ojo del huracán.
El diputado explicó que, básicamente, lo que se discutió fue cómo se va a hacer la transferencia de las funciones del Inai a la nueva Secretaría de Anticorrupción y Buen Gobierno. Este proceso es un tanto complejo porque implica no solo el traspaso de poder y responsabilidades, sino también el manejo de datos sensibles y el futuro de los servidores públicos que trabajaban allí. Para quienes no están familiarizados con estos temas, el Inai es una institución que se encargaba de garantizar el acceso a la información pública y proteger los datos personales de los mexicanos.
Uno de los puntos que destacó Mejía Berdeja fue la disposición del Inai para colaborar, reconociendo que la reforma constitucional que implica su desaparición ya es un hecho. Sin embargo, resaltó que la transición debe hacerse de manera ordenada, para que sistemas clave, como la plataforma de transparencia, no se vean interrumpidos y se mantenga el acceso a la información pública.
También se tocó un tema importante sobre la fiscalización de los recursos del Inai. A pesar de que el organismo va a desaparecer, la Auditoría Superior de la Federación podrá seguir revisando cómo se gastaron los recursos públicos durante los últimos años. Esto garantiza que no se quede impune ningún mal uso del dinero de los mexicanos, y si hay irregularidades, deberán rendir cuentas.
Por otro lado, uno de los temas que más preocupó a los miembros del Inai durante esta transición fue lo relacionado con los empleados del instituto. Según los informes, alrededor de 700 personas trabajaban en el Inai, y de esas, un buen número son empleados de confianza. La gran inquietud es qué va a pasar con su situación laboral. Mejía comentó que este es un tema que todavía se está analizando, pero que el Congreso está dispuesto a apoyar en lo que se necesite para que la transición sea lo más justa y ordenada posible para todos los involucrados.
En resumen, aunque este proceso de transición aún está en marcha, lo que se busca es que, a pesar de la desaparición del Inai, todo siga funcionando de manera eficiente y que los empleados no se vean perjudicados en el proceso. Por supuesto, la fiscalización y la transparencia seguirán siendo temas clave que deben garantizarse, para que la confianza de los ciudadanos no se pierda.