Al menos 12 manifestantes murieron este lunes en Bagdad después de que el líder chií Moqtada Sadr anunciara por sorpresa su «retirada definitiva» de la política en Irak, ahora bajo toque de queda.
El país está inmerso en una crisis política desde las legislativas de octubre de 2021. La situación en la capital empeoró este lunes, cuando cientos de partidarios de Sadr invadieron el Palacio de la República, donde tiene su sede el consejo de ministros, observaron periodistas de la AFP.
Los manifestantes ocuparon oficinas, sentados en sillones o haciéndose selfis, mientras las fuerzas de seguridad intentaban dispersar a otros manifestantes con gases lacrimógenos en los accesos a la Zona Verde, donde se encuentran las sedes de las instituciones y la embajada de Estados Unidos, indicó a la AFP una fuente de seguridad.
Doce partidarios de Sadr murieron por disparos y otros 270 resultaron heridos, dijeron fuentes médicas a la AFP. Algunos de los heridos recibieron disparos, otros inhalaron gases lacrimógenos. Varios testigos hablaron a la AFP de tiroteos entre los sadristas y los partidarios del Marco de Coordinación -un grupo político pro-iraní enfrentado a los partidarios de Sadr- en las entradas de la Zona Verde.
El ejército declaró un toque de queda nacional que entró en vigor a las 4 p. m. (hora local) y las fuerzas de seguridad acordonaron la capital. En Washington, la Casa Blanca calificó la situación de «preocupante» y pidió calma y diálogo.
La misión de la ONU en Irak, que tiene la sede en la Zona Verde, pidió a los manifestantes que se retiren e instaron a la «máxima moderación». Por la noche, el toque de queda parecía respetarse en Bagdad.
Las calles, habitualmente concurridas, estaban vacías de coches y transeúntes. Pero el caos se extendió a otras regiones iraquíes: en la provincia de Zi Qar (sur), los sadristas invadieron la sede de la gobernación y entraron en otros edificios oficiales en Nasiriya, indicó un reportero de la AFP.
La sede de la gobernación central de Babilonia, en la ciudad de Hilla, también fue ocupada por partidarios de Sadr, dijeron testigos a la AFP. También se cortaron varias carreteras que unen Hilla con Bagdad y otras provincias del sur.
Durante casi un año, los principales líderes políticos no lograron ponerse de acuerdo para nombrar a un nuevo primer ministro en Irak, uno de los mayores productores de petróleo del mundo, que sigue sin gobierno ni presidente desde las legislativas.
‘Ataque a las instituciones’
Para salir de la crisis, Moqtada Sadr y el Marco de Coordinación están de acuerdo en que hay que celebrar elecciones anticipadas. Pero Sadr insiste en disolver primero el parlamento mientras que sus rivales quieren primero nombrar un gobierno.
El Marco de Coordinación condenó el lunes el «ataque a las instituciones del Estado», al tiempo que llamó a los sadristas al «diálogo».
Sadr, un líder muy influyente e imprevisible, llevaba aumentando la presión en las últimas semanas y desde hace un mes sus partidarios acampan frente al Parlamento e incluso bloquearon brevemente el acceso al máximo órgano judicial del país.
Este lunes anunció su «retirada definitiva» de la política y el cierre de varias instituciones vinculadas a su familia.
El líder chiita es uno de los pesos pesados del país, cuya gran influencia religiosa y política con la comunidad chiita mayoritaria en Irak, puede agravar la crisis o mejorarla. En las elecciones legislativas quedó primero con 73 escaños (de 329) pero, al no poder formar una mayoría, hizo dimitir a sus diputados en junio, alegando querer «reformar» el sistema y acabar con la «corrupción».
El sábado, Sadr había dado 72 horas a «todos los partidos» presentes en el país desde la caída de Sadam Husein en 2003 –incluido el suyo propio– para renunciar a los cargos gubernamentales y dejar «espacio para las reformas».
La disputa entre los sadristas y el Marco de Coordinación no llegó de momento hasta enfrentamientos armados, pero el grupo Hashd al-Shaabi, formado por exparamilitares aliados de Irán e integrados en las fuerzas iraquíes, dijeron que están listos para «defender las instituciones del Estado».
Moqtada Sadr, nacido en 1974, nunca gobernó. Tras la invasión de Irak, liderada por Estados Unidos en marzo de 2003 tuvo un ascenso político meteórico, gracias a la creación del llamado Ejército de al-Mahdi, una milicia de resistencia contra el ocupante. la que instaron unirse a Al Sadr, ausente de la anterior cita.