Qatar vivió hoy una noche pletórica de mística y remembranza de tradiciones en la gala de apertura de la XXII Copa Mundial de fútbol, en un estadio Al Bayt colmado de 60 mil almas sedientas de goles.
La ceremonia devino viaje de regreso a los primeros días de la disciplina en la nación del Golfo Pérsico, al tiempo que evocó el pasado del certamen a través de las mascotas que identificaron cada cita.
En un ambiente mágico, las vibraciones de los tambores y las luces marcaron el desfile de las banderas y camisetas de los países clasificados a la lid de marras, mientras las melodías de programas anteriores también tuvieron su espacio en medio de la conmoción colectiva.
Invitado de lujo, el actor Morgan Freeman afirmó: El fútbol une a personas y naciones. Hay un hilo común de esperanza, júbilo y respeto. Hace que los territorios y comunidades estén juntas.
El colorido show dejó bailes, coreografías y canciones, con destaque especial para la actuación del artista pop surcoreano Jung Kook y el local Fahad Al Kubaisi, con el tema Dreamers.
Los intérpretes pusieron su voz a una pieza que alude los principios que defiende el magno torneo: la unidad sin distinciones, a través del respeto y la inclusión, en un espacio deportivo inspirado en una tienda beduina.
Así, como anhela la Federación Internacional de la disciplina (FIFA), el mundo vivió 30 minutos alrededor del fútbol, ese deporte capaz de despertar las pasiones más inverosímiles.
El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, dio la bienvenida a todos los presentes en el país del Medio Oriente y deseó buena suerte a los seleccionados que anhelan escalar el Olimpo del fútbol.
Asimismo, su Alteza Tamim bin Hamad Al Thani expuso la declaración del equipo creativo y apuntó que la invitación es a estar unidos en torno a este hermoso juego.
A la espera del primer partido del evento entre la escuadra anfitriona y Ecuador, Qatar pasó del sueño a la realidad y ya vive oficialmente una lid marcada por la polémica desde la designación de la sede.