La OMS advierte que, para 2050, la cantidad de personas con demencia superará los 139 millones a nivel mundial. En este artículo te contamos qué hábitos cotidianos deberías evitar si quieres reducir el riesgo de sufrir una pérdida de funciones cognitivas.
Beber demasiado alcohol
Varios estudios han revelado que el alcohol aumenta las cantidades de una proteína llamada tau que actúa en el sistema nervioso central y que está vinculada a varios tipos de demencia. La alteración de la tau provoca la formación de placas de la proteína ß-amiloidea, vinculada a esta enfermedad.
El consumo regular y excesivo del alcohol también «está relacionado con un inicio más temprano y una mayor gravedad de la enfermedad de alzhéimer», explica el profesor Max Brenner, del Instituto Feinstein.
En general, el alcohol es una neurotoxina que puede causar la atrofia del cerebro y acelerar la pérdida de la memoria.
Dormir mal
Dormir bien es fundamental para nuestro bienestar y salud. La falta de sueño disminuye la concentración y empeora significativamente la memoria y la función cerebral en general. También te hace perder tejido cerebral: un estudio demostró que el insomnio aumenta la cantidad de moléculas indicadoras de daño neuronal, la NSA y la S-100B.
Por si fuera poco, no dormir bien aumenta el riesgo de sufrir alzhéimer, y es que mientras dormimos, nuestro cerebro elimina las proteínas ß-amiloides, vinculadas a esta enfermedad.
No tener amigos
Durante la pandemia, decenas de millones de personas se vieron obligadas a quedarse en casa. Si bien el confinamiento ayudó en cierta medida a frenar la propagación de la infección, puede ser peligroso para la salud del cerebro.
Los científicos coinciden en que el aislamiento social prolongado está vinculado al deterioro de la salud cognitiva, el estrés, la ansiedad y la depresión. También incrementa el riesgo de padecer demencia. Y en los pacientes con alzhéimer, aumenta la asimetría en la atrofia cerebral, algo que empeora el cuadro de la enfermedad.
Llevar una vida sedentaria
El sedentarismo no solo aumenta el riesgo de sufrir de enfermedades cardíacas, obesidad y diabetes, sino que también es perjudicial para tu salud mental: provoca cambios en el lóbulo temporal medial, la región del cerebro responsable de la formación de recuerdos.
Llevar un estilo de vida activo es fundamental si quieres frenar el deterioro cognitivo. En enero, la OMS elaboró una lista de recomendaciones en la que explicó cuánto ejercicio debes hacer según tu edad. La organización afirma que la actividad física «mejora las funciones cardiorrespiratorias y musculares y la salud ósea y funcional y reduce el riesgo de ENT, depresión y deterioro cognitivo».
El déficit de vitamina B12
La vitamina B12, también llamada cobalamina, desempeña un papel importante en el funcionamiento adecuado del cerebro. Protege las células nerviosas, mejora la memoria y hasta promueve la formación de la hormona de la felicidad, la serotonina.
Un estudio, realizado por la Universidad de Oxford, demostró que tomar vitamina B12 ayuda a proteger algunas de las áreas del cerebro dañadas por la enfermedad del alzhéimer.
«La deficiencia de B12 como una causa de problemas cognitivos es más común de lo que se cree, particularmente entre las personas de edad avanzada que viven solas y no se alimentan de manera apropiada», explica el psiquiatra Rajaprabhakaran Rajarethinam a The New York Times.
Esta vitamina se puede encontrar en los alimentos como el pescado, los mariscos, la carne y los lácteos.