Si bien todo el mundo conoce la importancia de mantenerse bien hidratado, hay quienes aseguran que beber agua fría es malo para la digestión. No obstante, hay varias razones para colocar una botella de agua en tu nevera, y te contamos cuáles son.
Podría ayudar a quemar calorías
Algunos expertos en nutrición afirman que beber agua fría puede ser de gran ayuda para quienes quieren perder esos kilos de más, aunque no hay evidencia científica. Podría ser debido a que tu organismo comienza a gastar energía para mantenerse caliente.
Rehidrata mejor
Tomar agua fría también puede ser beneficioso para quienes hacen ejercicio. Un estudio llevado a cabo en 2013 demostró que los atletas que tomaban agua a 16 grados sudaban menos que el resto de los participantes que tomaban agua caliente o templada. Tomar una ducha fría después del ejercicio también ayuda a recuperarte más rápidamente.
Mejora la calidad del sueño
Si tienes problemas para dormir, el agua fría puede convertirse en tu solución. Reducir la temperatura corporal hace que duermas mejor, a pesar de que una ducha fría normalmente se asocie a las primeras horas de la mañana, cuando intentamos despertarnos. Y un vaso de agua fría mejora nuestro estado de ánimo: el choque térmico que produce estimula la producción de noradrenalina, también responsable de luchar contra la ansiedad.
Aumenta la líbido masculina
Varios estudios han demostrado que bañarse con agua helada aumenta los niveles de testosterona y la producción de esperma, por lo que puede ser de gran ayuda para quienes sufren problemas en la cama. El agua fría también mejora la circulación, y, por consecuencia, ayuda a estimular la erección.
Alivia el dolor
Todo el mundo sabe que es necesario aplicar frío en las zonas doloridas tras una lesión. Al entrar en contacto con el frío, las células que rodean el área exigen una menor cantidad de oxígeno, lo que permite mitigar el dolor y eliminar la hinchazón. Tomar duchas con agua fría ayuda a combatir los dolores musculares y de cabeza.