Con ventas potenciales de dos mil millones de dólares en juego, el gobierno de México amenaza con cerrar la cartera ya que no permitirá que los farmacéuticos “le impongan criterios económicos” y le obliguen a comprar vacunas contra el Covid para 20223; incluso, todavía se analiza si será necesaria una nueva ronda de vacunación nacional, afirmó el subsecretario de Salud, Hugo López Gatell.
“El gobierno de México no aceptará presión alguna de las entidades privadas utilizadas en el negocio de las vacunas o cualquier otro insumo para la salud, y nuestras decisiones estarán basadas en principios científicos, en análisis rigurosos y en un principio fundamental de soberanía y de separación del poder político y del poder económico”, dijo.
López-Gatell señaló la existencia de un esquema de “obsolescencia programada en las vacunas que ofrecen los grandes consorcios farmacéuticos, los cuales han creado productos que requieren de un continuo consumo mediante refuerzos periódicos, en vez de crear reactivos de un sólo uso”.
Comentó que la industria farmacéutica, las casas farmacéuticas concretas que han estado involucradas en este enorme negocio, nos han estado acosando, no solo al gobierno mexicano, sino a todos los gobiernos del mundo y a la Organización Mundial de la Salud.
Dijo que las únicas empresas autorizadas por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) para vender vacunas contra el SARS-COV2 en México son las estadunidenses Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson; la británica, AstraZeneca; el Instituto Gamaleya, de Rusia; y Sinovac así como Cansino, de China.