Por Juan Pablo Ojeda
La reciente decisión del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer aranceles del 25% a todos los bienes importados desde México y Canadá, así como un 10% adicional a los productos chinos, está generando grandes inquietudes sobre sus efectos en el comercio internacional, especialmente en el canal de Panamá y en las economías de Centroamérica. Según analistas consultados por EFE, las políticas comerciales de Trump podrían alterar significativamente las dinámicas económicas globales, obligando a la región a adaptarse a nuevos escenarios con estrategias como la integración regional y el ‘nearshoring’.
Los Efectos en el Canal de Panamá
El Canal de Panamá, una de las rutas comerciales más relevantes del mundo, atraviesa por momentos de incertidumbre debido a los aranceles anunciados por el presidente electo de Estados Unidos. Con un volumen significativo de comercio, especialmente con el país del norte, el canal maneja alrededor del 3% del comercio mundial, y la mayoría de las mercancías que transitan por él están destinadas a Estados Unidos. Según Felipe Argote, economista y catedrático panameño, estos aranceles podrían disminuir el comercio mundial, afectando directamente el desempeño de la vía interoceánica.
“La medida de Trump podría representar un retroceso económico, semejante a las políticas proteccionistas de la década de 1970, lo que sería un desastre para la economía global”, declaró Argote. Sin embargo, el canal de Panamá ha afirmado que monitorea de cerca las políticas comerciales globales y su impacto potencial en el tráfico marítimo, aunque ha destacado que históricamente ha mantenido su estabilidad a pesar de las diferencias comerciales entre Estados Unidos y otros países como China.
Inflación Importada en Centroamérica
El efecto de estos aranceles no se limita a Estados Unidos, ya que los países de Centroamérica, que dependen en gran medida de las importaciones estadounidenses, también sufrirán sus consecuencias. Según los datos del Sistema de Estadísticas de Comercio de Centroamérica, Estados Unidos es la principal fuente de importaciones de la región, con más de 31 mil millones de dólares en productos provenientes de ese país en 2023. Con los aranceles de Trump y la posible escalada inflacionaria en el gigante norteamericano, los precios en Centroamérica podrían subir debido a lo que se conoce como «inflación importada».
Carlos Araúz, economista panameño, advirtió que los efectos del proteccionismo estadounidense podrían ser insostenibles a largo plazo y llevar a situaciones económicas complejas en los próximos años. «Estados Unidos está empujando al mundo a un retroceso de 100 años en el comercio internacional», dijo Araúz, quien también destacó la necesidad de que la región centroamericana se reposicione frente a los nuevos desafíos económicos.
La Estrategia del ‘Nearshoring’ y la Integración Regional
En este contexto, los analistas coinciden en que Centroamérica y Panamá deben apostar por una mayor integración regional, lo que permitiría mejorar las relaciones comerciales entre los países de la zona y disminuir la dependencia de Estados Unidos. Además, el ‘nearshoring’, que implica acercar las cadenas de suministro al consumidor final, será una estrategia clave para la región. Con el aumento de los costos de producción en Asia, las empresas podrían optar por trasladar sus operaciones a América Latina, lo que brindaría una oportunidad a países como Panamá.
La Zona Libre de Colón, en Panamá, podría jugar un papel central en este proceso, convirtiéndose en un centro de redistribución para las empresas chinas que buscan ingresar al mercado latinoamericano. Según Argote, si las estructuras operativas de la zona cambian, la región podría aprovechar este fenómeno de manera significativa, atrayendo inversiones y fortaleciendo el comercio dentro de América Latina.
Conclusión
Los aranceles impuestos por Trump son solo el inicio de lo que podría ser una reconfiguración global del comercio internacional. Si bien el impacto inmediato se siente principalmente en el canal de Panamá y en las economías de Centroamérica, los países de la región deberán adaptarse rápidamente. La integración regional, junto con el impulso al ‘nearshoring’ y una posible reestructuración de las relaciones comerciales, podrían ser la clave para enfrentar estos nuevos desafíos y aprovechar las oportunidades que surjan en el proceso.