Por Bruno Cortés
En el corazón de la política mexicana, donde las intrigas y los números bailan al ritmo de la corrupción y la burocracia, se esconde una historia de dinero que podría hacerte levantar las cejas. Estamos hablando del fideicomiso del Senado, un guardadito que no es para emergencias, sino para construir y equipar la nueva sede del poder legislativo. ¿Y cuánto tiene este fideicomiso? Nada menos que 992.3 millones de pesos, una cifra que hace pensar en cuántos tacos podrías comprar con eso.
Ahora, la pregunta del millón – o en este caso, de casi 50 millones – es: ¿qué hace Adán Augusto López, el coordinador de Morena en el Senado, con esos intereses que genera el fideicomiso? Porque, amigos, si calculamos con una tasa de interés conservadora del 5%, este fideicomiso está sacando anualmente 49.6 millones de pesos en intereses. ¡Eso es como ganar un sueldo de senador cada mes, pero sin el trabajo!
La cosa es que, en este mundo donde el dinero parece tener vida propia, el manejo de estos intereses es un misterio que envuelve a nuestro querido Adán Augusto. ¿Se usa para seguir adornando la nueva sede del Senado con obras de arte que solo los políticos ven? ¿O quizás, en un giro inesperado, se destina para alguna causa noble como mejorar las condiciones de trabajo de los empleados del Senado? La verdad es que, con tanto dinero flotando en el aire, uno empieza a preguntarse si no se está jugando a la ruleta con los recursos públicos.
No es como si el Senado estuviera en bancarrota; de hecho, este fideicomiso ha crecido desde los 871.9 millones de pesos en 2023 hasta los casi mil millones de hoy. Pero, ¿dónde está la transparencia? ¿Dónde están los reportes detallados sobre cómo se están utilizando estos fondos, especialmente esos intereses que llegan como lluvia de oro cada año?
Lo que sí sabemos es que en México, el manejo del dinero público siempre es un tema que da para mucho hablar. Y con Adán Augusto López a la cabeza, uno no puede evitar preguntarse si estos millones en intereses se están gastando de manera que beneficie al pueblo o si simplemente se están agregando a la montaña de gastos que nunca se explican del todo.