Donald Trump está de regreso en la escena internacional y lo hace en un evento que ha captado la atención del mundo: el funeral del Papa Francisco. El presidente estadounidense aterrizó este jueves 25 de abril en Roma junto a su esposa Melania para asistir a las exequias del pontífice argentino, quien falleció esta semana tras una vida dedicada al servicio de la Iglesia. Este viaje marca su primera salida al extranjero desde que retomó la presidencia de Estados Unidos, lo que ha levantado muchas miradas en la arena política global.
El funeral del Papa Francisco se celebrará el sábado 26 de abril en la Basílica de Santa María la Mayor, una de las iglesias más emblemáticas de Roma. Francisco pidió una ceremonia sobria, mariana y alejada de los protocolos papales tradicionales, lo que no impidió que más de 250,000 personas pasaran por su féretro en la Basílica de San Pedro para despedirse en los días previos. Líderes de más de 200 delegaciones internacionales también asistirán al funeral, incluyendo figuras como Emmanuel Macron, Volodímir Zelenski y los Reyes de España.
Aunque Trump y el Papa Francisco tuvieron diferencias notables en temas como el cambio climático, migración y justicia social, su presencia en el funeral ha sido vista como un acto de respeto. Durante su primer mandato, el entonces pontífice criticó abiertamente algunas posturas del exmandatario, pero eso no impidió que ahora el presidente estadounidense decidiera rendir homenaje al líder espiritual de más de mil millones de católicos en el mundo.
Este viaje también tiene un fuerte contenido simbólico para Trump, quien busca proyectar nuevamente su liderazgo fuera de Estados Unidos. No es solo una despedida al Papa, sino también una forma de presentarse otra vez como un actor clave en la política internacional. Medios internacionales han destacado la importancia de este movimiento diplomático, ya que Roma se ha convertido por unos días en el epicentro de la política y la fe.
Más allá de las posturas ideológicas, el funeral del Papa Francisco ha reunido a líderes de distintos credos y banderas. La figura del pontífice latinoamericano trascendió las fronteras del Vaticano, siendo reconocido por su lucha contra los abusos sexuales en la Iglesia, su mensaje de inclusión y su capacidad de diálogo. La asistencia de Trump, incluso con el pasado de fricciones, confirma el enorme peso que tuvo Francisco en la política global y en la conciencia colectiva de millones.