Palenque fue fundada en el año de 1567 por fray Pedro Lorenzo en el corazón de la Selva Lacandona, muy cerca de la zona arqueológica que lleva su nombre. Ubicada al norte del estado de Chiapas, esta ciudad es parte del programa de Pueblos Mágicos desde 2015 y en este artículo te contaremos las razones por las que debes conocer este tesoro del antiguo mundo maya.
Lo primero que debes visitar es el sitio arqueológico de Palenque, que desde 1987 es considerado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Junto con Tikal y Calakmul, Palenque, antes llamado Otulum (que significa “casas fortificadas”) fue uno de los asentamientos más importantes del período clásico de la cultura maya.
Con una extensión impresionante y con zonas aún por ser exploradas y descubiertas, (se calcula su dimensión entre seis y ocho kilómetros) esta zona arqueológica se caracteriza por la grandilocuencia de sus edificaciones, entre las que destacan la Gran Plaza, una explanada rodeada de algunas de los basamentos más importantes como el Palacio, el Templo de las Inscripciones (donde se halló la tumba de Pakal el Grande), el Templo el Conde, el Templo del Sol y el Templo de la Cruz Foliada, entre otros.
Destaca también el famoso Acueducto, una obra de ingeniería maya que se complementa con un puente de piedra conocido como Baño de la Reina. También sobresalen las plataformas paralelas utilizadas para el juego de pelota. Sin duda, la belleza de Palenque te dejará sin habla: su imponente vegetación y la riqueza de su fauna son aspectos que también disfrutarás mucho en tu visita a esta zona arqueológica.
Por lo anterior, adentrarte en la Selva Lacandona es también una gran oportunidad que no puedes dejar pasar. Muy cerca del sitio arqueológico, podrás encontrar dos de las últimas comunidades lacandonas: Nahá y Metzabok. Estos espacios cuentan con cabañas para hospedarte y recorridos guiados por la selva.
Ya en el Pueblo Mágico de Palenque, te recomendamos que visites la Iglesia de Santo Domingo de Guzmán, patrono del pueblo. Desde aquí podrás admirar la cotidianeidad de la vida diaria de Palenque. Otra parada sugerida es el Museo Alberto Ruz Lhuillier. Aquí está gran parte de los vestigios descubiertos en la zona por el arqueólogo de origen francés, uno de los principales investigadores de Palenque y quien entre 1949 y 1952 halló la tumba del gran gobernante maya. En este mismo espacio, encontrarás una réplica de la cámara funeraria y del sarcófago de Pakal.
Palenque también es punto de partida para escaparte a conocer otras bellas muestras del ecosistema chiapaneco, como la cascada Welib Há, ubicada en el centro ecoturístico del mismo nombre, a 35 kilómetros del Pueblo Mágico. Tampoco te pierdas la oportunidad de conocer las cascadas de Misol Há, cuya caída de más de 30 metros forma una alberca natural donde puedes nadar.
Otro paseo para seguir conociendo la zona de la selva, es el poblado de Ocosingo: disfruta de un día tranquilo en la plaza principal de San Jacinto y no te pierdas el mercado, donde podrás comprar distintos tipos de artesanías y conocer más sobre la cultura local.
Hablando de artesanías, estando en Palenque debes acudir a la Plaza del Artesano, un sitio que cuenta casi con un centenar de locales donde hallarás artesanía súper variada: desde textiles y objetos tallados en piedra y madera, hasta cerámica y joyería.
¿Y qué tal es la gastronomía de Palenque? No te vayas sin probar los tamales de chipilín y hoja santa, el shote con momo (a base de caracol de río), pato en chirmol, pescado sudado y salpicón de venado. Para los paladares que prefieren lo dulce, Palenque ofrece distintas opciones a base de miel de abeja y bebidas tradicionales como el pozol, la chica, el tascalate y el balché, hechas a base de maíz y especias.
¿Qué dices, te gusta el plan? ¡Vamos a Palenque!
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