Con un bypass femoropoplíteo, médicos especialistas del Hospital General de Zona (HGZ) No. 2, en Tuxtla Gutiérrez, conocido como “5 de mayo”, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Chiapas, salvaron la pierna de don José Ángel “N”, de 72 años, evitando la amputación del paciente que cursa con diabetes e hipertensión.
El paciente fue diagnosticado con una enfermedad arterial periférica, que no le permitía tener flujo sanguíneo normal, lo que aumentaba el riesgo de la amputación de la pierna derecha y, debido a que antes le habían realizado una amputación infracondílea de la extremidad izquierda por un accidente, era vital salvar la pierna derecha para que don José no perdiera la movilidad.
El doctor Sinuhé Emmanuel Reyes López, angiólogo y cirujano vascular y endovascular adscrito al HGZ No. 2, refirió que el paciente presentaba una obstrucción completa de la arteria femoral superficial, por lo que “se protocolizó y se confirmó que era candidato a un bypass femoropoplíteo, es decir, se tomó una vena de otra zona de la pierna y se la conectó arriba y abajo de la obstrucción, y se redirigió la sangre por el injerto rodeando la obstrucción”.
Expresó que la intervención quirúrgica tuvo una duración de cuatro horas, en la que participó un equipo multidisciplinario del HGZ No. 2, e informó que el paciente tuvo un proceso postoperatorio sin complicaciones, por lo que fue dado de alta una semana después de la cirugía.
“El objetivo siempre será mejorar la calidad de vida de los pacientes, y en este caso debíamos preservar la extremidad, pues él ya usa una prótesis para la pierna izquierda y no es la misma calidad de vida de una persona que se apoya en una extremidad a una que perderá ambas, además de que las complicaciones en el proceso de rehabilitación son mayores en este tipo de pacientes”, expresó.
Por su parte, don José Ángel Martínez, oriundo del municipio de Tonalá, agradeció al personal del IMSS Chiapas, porque, aunque era poco probable que salvara la pierna, le dieron esperanza y lograron que no perdiera la extremidad, que es la única que le ayuda a poder caminar.
“El doctor Noé siempre me dio mucha confianza y me ilusioné con tener una vida diferente, él y su equipo lo lograron y gracias a eso todavía tengo mi pierna, y aunque sólo tengo una todavía me puedo parar y hacer mis actividades, bailar con mis nietas en las fiestas, que es de lo que más me gusta; ellas son el motor de mi vida”.