“No se trata de quitarle los derechos a nadie, se trata de proteger a los niños, familias, comunidades enteras. La libertad de ir a la escuela, a un supermercado, a la iglesia, y no acabar con disparos”.
En un mensaje a la nación tras la masacre de Uvalde, Texas y otros recientes tiroteos masivos, el presidente de Estados Unidos Joe Biden defendió varias “medidas de sentido común” y “leyes de alerta de bandera roja” para restringir el acceso de civiles a las armas de asalto.
Biden hizo un repaso histórico de las peores matanzas en las décadas y años recientes a las que se refirió como “carnicerías”. El mandatario afirmó que la Segunda Enmienda “no es algo absoluto”, “nunca ha sido algo sin límites”, y responsabilizó explícitamente a los republicanos tanto por permitir que expirara la legislación que limitaba rifles de alto poder, como por “no querer debatir” medidas para reducir la violencia por armas de fuego.
El presidente citó a los CDC al ofrecer un duro dato que indica que “en las últimas dos décadas, más niños en las escuelas fallecieron por culpa de las armas que miembros de fuerzas armadas y policiales combinadas.
«La causa número uno, más que los accidentes de tráfico, más que el cáncer. En las últimas dos décadas, más niños en las escuelas fallecieron por culpa de las armas que miembros de fuerzas armadas y policiales combinadas.
Más niños fallecieron por culpa de las armas que soldados y policías. ¿Por el amor de Dios, cuánto más vamos a aguantar la carnicería?»