Sabores del Pacífico: la ruta gastronómica que está transformando Puerto Escondido

La costa de Oaxaca, célebre por sus paisajes tropicales y olas perfectas, vive también una transformación profunda en su propuesta culinaria. En particular, Puerto Escondido se ha convertido en el epicentro de una nueva ruta gastronómica que exalta el producto local, combina técnicas contemporáneas y celebra la identidad oaxaqueña desde la cocina.

En este enclave costero, donde la selva se encuentra con el mar, restaurantes como Almoraduz, La Bóveda, Glou Glou y Séptimus no solo ofrecen experiencias sensoriales únicas, sino que dibujan el mapa de una cocina que dialoga con su entorno y sus raíces.

la-boveda-restaurante-mexicanoUno de los máximos exponentes de esta escena es Séptimus, ubicado dentro del hotel Kymaia y liderado por el reconocido chef Eduardo García, también al frente de Máximo Bistrot en la Ciudad de México. Su propuesta eleva ingredientes como el langostino de río y el frijol criollo con platos como el risotto al azafrán o el rib eye de Wagyu a la brasa. La cocina aquí no solo es sofisticada, sino profundamente conectada con el territorio.

Por su parte, Almoraduz, a cargo de los chefs Quetzalcóatl Zurita y Shalxaly Macías, ha sido recomendado por la Guía Michelin gracias a su reinterpretación audaz de la tradición oaxaqueña. En sus platos confluyen mar y montaña, dulzura y acidez, técnica y emoción. Destacan creaciones como el tataki de atún en emulsión de betabel o las enchiladas de pato en mole negro, que revelan una cocina personal y refinada.

En un registro más íntimo, Glou Glou, situado en La Punta Zicatela dentro del hotel Casa TO, encarna el espíritu estacional y naturalista. El chef Luis Pabón y la sommelière Gabriela Moreno orquestan un menú minimalista pero vibrante, acompañado de una curaduría impecable de vinos naturales y mezcales artesanales. Su aguachile de sandía y agnolotti de calabaza dan muestra de una cocina libre, consciente y de profundo sabor.

Finalmente, La Bóveda, el restaurante insignia de Casona Sforza, es un tributo al entorno. Bajo la dirección de Vanessa Franco y Andrés Trujillo, la carta celebra el ritmo de la naturaleza con platos como el tiradito en emulsión de chicatana o el risotto de huitlacoche y trufa. Cada bocado resuena con la filosofía del hotel: armonía, sustentabilidad y respeto por lo local.

Puerto Escondido ya no solo es un destino para surfistas y viajeros en busca de sol y playa. Con esta ruta culinaria en expansión, se consolida como uno de los polos gastronómicos más estimulantes del país, donde el sabor es también una forma de explorar el paisaje y la identidad de Oaxaca.

También te podría interesar